sábado, 28 de junio de 2008
Acabar con todo, me enloquece el rencor que entre mis huesos arde... Ya no puede esperarte, ya corrí entre las nubes del cielo despejado, ya me resigné a caminar sin tener que verte, sin sentir ya, el frío que quemaba mi piel por tu indiferencia. Si pienso, si respiro y si me duele es por ti, todos estos años he vivido incompleta sólo armando piezas de un rompecabezas: de fechas, de besos vanos, de te quieros con viento, con encuentros de ausencia que me fueron armando un corazón sin una ilusión. Dije tu nombre y también dije adiós, porque me cansé de atravesar mi mirada en ti, me cansé de llamarte, de abrazarte, porque cuando te fuiste, me cegué y nacieron sentimientos junto a la última vez que te vi. Porque lejos de tu piel me resigné a quitarla de la mía, porque ya no eras mío, es decir, nunca fuiste mío. Sólo fuiste el reflejo de mi pasión, una enfermedad para mi alma y una herida para mi orgullo... ♥
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